Queralt Gutiérrez
- Antiguos alumnos -
Soy la Queralt Gutiérrez, exalumna del Karmel y actual residente de Bruselas, Bélgica, donde trabajo en una consultora de servicios digitales para las instituciones europeas.
Para mí el Karmel ha significado quince años de mi vida de aprendizaje, educación y vivencias con los compañeros, puesto que ha sido mi centro de estudios desde la educación infantil hasta bachillerato, es decir, desde 1.999 a 2014.
A día de hoy, mi círculo de amigos más próximo y con quienes he compartido más experiencias, somos todos exalumnos del Karmel, y a menudo recordamos momentos que pasamos. Asimismo, mi abuelo fue de la primera promoción del Karmel, y siempre nos explicaba anécdotas que pasaban en la escuela y los métodos de aprendizaje de aquella época. Mis padres, también exalumnos del Karmel, se conocieron allá, y todos mis tíos, primos y primas han ido al Karmel durante todos sus años de escolarización.
Si pienso ahora con perspectiva, fue durante aquellos años que el escenario internacional me empezó a llamar la atención. El programa de internacionalización que ofrece la escuela, con actividades como intercambios culturales y estancias en el extranjero, es lo que personalmente me haría volver a elegir el Karmel, así como la importancia que atribuye a los valores de inclusión, tolerancia y diversidad, cada vez más importantes hoy en día. Su evidente compromiso con los idiomas, incorporando lenguas extranjeras desde primaria y de manera pionera, y el hecho de contar con profesores extranjeros locales es un gran valor añadido.
De la escuela recuerdo un muy buen acompañamiento en todo momento de las profesoras y profesores, quienes en muchos casos excedían de su función para cuidarnos y asesorarnos durante etapas complicadas como la pubertad y la adolescencia.
También recuerdo el proceso de adaptación y la renovación del proyecto educativo durante los últimos años de mi estancia, cuando el mundo digital empezaba a ganar terreno. Las nuevas tecnologías emergentes fueron introducidas en el aula muy pronto y de manera progresiva. Para mí, el uso líder de herramientas como las pizarras digitales para sustituir las pizarras tradicionales de tiza fue un punto de inflexión.